Actualmente, hay más de 250 diversas variedades reconocidas de aloe, de las cuales, solamente tres o cuatro tienen características curativas o medicinales significativas. La más potente de éstas, rica en vitaminas, minerales, aminoácidos, y enzimas es el Aloe Barbadensis, conocido comúnmente como aloe vera.
En manifestaciones antiguas de grabados egipcios aparecen alusiones a la utilización como fuente de salud y bienestar.
Esta es una planta que sin ser narcótica ocasionó una guerra. Cuentan que cuando Alejandro el Grande conquistó Egipto en el año 332 o. C. se enteró que en la isla de Socotra (África) existía una planta que curaba las heridas. Alejandro envió un ejército de soldados a los efectos de evitar que la planta cayera en manos enemigas y poder tenerla para sí: la isla fue dominada y la planta confiscada. Comerciantes árabes fueron los que llevaron el aloe de España a Asia. Esto fue en el siglo VI, y así fue que se introdujo en la medicina Ayurvédica (medicina tradicional de la India). En el siglo I de nuestra era, Dioscórides, médico griego, la recomienda para el insomnio, estreñimiento, cefaleas y gastritis.
No es hasta el final de la IIª Guerra Mundial cuando se redescubre el poder del Aloe Vera, al comprobar que los habitantes de Hirosima y Nagasaki, los cuales padecieron quemaduras, después de un tratamiento con Aloe Vera, se curaban más rápidamente y en muchos casos, con apenas cicatrices.
El Aloe Vera es un ingrediente en muchos productos de belleza, cuyo efecto beneficioso se debe a la acción sinérgica de sus componentes facilitados por la aloína que en pequeñas cantidades esta presente, facilitando con su capacidad astringente la penetración de los demás agentes.
Cuando se usa con regularidad, evita las arrugas prematuras y retarda las propias de la edad. Reduce la media de poros abiertos, y se puede usar bajo el maquillaje, aunque al ser el Aloe Vera ligeramente astringente ha de usarse con una crema hidratante.
También es muy efectivo en la prevención de pequeñas estrías en la piel.
Ingredientes para la crema hidratante:
- Cera de abeja natural......................25 g
- Aceite de almendras dulces.......... 60 ml.
- Manteca de cacao.........................12 g
- Pulpa de aloe vera.........................25 g
- Aceite esencial de lavanda y romero (u otros según vuestro gusto).
- En un bote de cristal con cierre hermético introducimos la pulpa del aloe vera bien triturada, la cera de abeja una vez esté rayada y la manteca de cacao también rayada.
- Se añade el aceite de almendras dulces.
- Se cierra bien y se pone el bote al baño maría hasta que se disuelva bien con el aceite la cera y la manteca de cacao. Agitar continuamente para que se deshagan bien los componentes sólidos.
- Sacar el bote del baño María, abrir la tapa con cuidado de no quemarse y añadir cuatro-cinco gotas de cualquiera de los aceites esenciales mencionados.
- Todavía en caliente verter el contenido en el recipiente en el que vayamos a guardar la crema. Puedes usar algún tarro de otra crema que ya hayas gastado, una vez limpio y seco, o bien un tarrito de plástico con tapa.
- Remover con una cucharilla o espátula hasta que enfríe bien, de lo contrario la pulpa de aloe vera quedará flotando y no saldrá una crema homogénea.
- Dejar enfriar antes de cerrar
- Guardar al abrigo del calor y la luz
Nota: es preferible elaborar cantidades pequeñas de cremas ya que los aceites esenciales volátiles se deterioran con el trascurso del tiempo y los aceites de base se rancian al cabo de un cierto tiempo. Si es preciso las cremas que obtengamos de más es preferible guardarlas en frigorífico
interesante entrada y la cabecera de tu blog es ideal
ResponderEliminarbss
;-)
Gracias!!! Me alegro que te guste...Seguimos en contacto...sigo tu blog!. Bss :-)
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